Bueno aquí continuo compartiendo algunas pinceladas de lo que vamos haciendo en el día a día. Si bien nunca he contado mi infancia, niñez y adolescencia, ha sido porque tampoco me he interesado mucho en ello. Sin embargo viendo acerca de los septenios y lo que nos proponen en el curso que estamos tomando muchos de los que por aquí andamos en este mundillo, de la superación y la mentoría y que deseamos dejar un mundo mejor para nuestros hijos.
Me puse a reflexionar y a contestar una serie de preguntas que nos van sugiriendo y que vayamos respondiendo, y a medida que lo voy haciendo me voy dando cuenta que ese niño está ahí siendo herido y me doy cuenta como las emociones vividas durante el primer septenio de los 0 a los 7 años, se me han regresado de los 21 a los 28 y que hoy a mis 33 años. estaba viviendo otra crisis, y que sin embargo la estoy superando pero con mas recursos, ya saben, imaginación creativa, técnicas de Gestald, PNL e hipnosis, cosas que realmente me apasionan mucho. Si aún hoy habiendo tantas herramientas para poder sanar a ese ladrón interior, que nos roba nuestros sueños. Nuestras metas y que nos paraliza a tomar acción para poder hacernos cargo de nuestro destino, bueno igual podemos seguir llamándolo niño interior. Más sin embargo si continuamos haciéndolo, nunca lo veremos como nuestro enemigo y seguiremos pensando que esta bien y es correcto continuar teniéndolo así como está sin arreglarlo. Lo cual nos mantendrá en un estado de comfort del cual no podremos salir ni avanzar. El día de hoy vengo hablándoles acerca del niño interior o ese ladrón interior que de alguna forma experimentó los tantos NO NO Y NO Y NO, no hagas esto, no veas aquello. No contestes así. No seas así y demás prohibiciones que nos impiden ser felices y que no nos permiten amar en plenitud a nadie. Bueno hasta aquí mi pequeña reflexión. Pronto estaré subiendo otras metáforas que se me vayan ocurriendo, hoy ví un gato travieso y me acabo de inspirar en este gato.